Mantener una correcta higiene y un buen lavado de sabanas y toallas es fundamental para evitar la acumulación de ácaros, bacterias y malos olores. Muchas personas no lavan estos textiles con la frecuencia adecuada, lo que puede afectar la salud y el bienestar. Aquí te explicamos con qué periodicidad deberías hacerlo y por qué es importante.

Las sábanas deben lavarse cada 7-10 días. Durante la noche, nuestro cuerpo libera sudor, células muertas y aceites naturales que se acumulan en la tela. Un lavado frecuente ayuda a mantenerlas frescas y a reducir la presencia de ácaros del polvo, principales causantes de alergias.

En el caso de las toallas, lo recomendable es lavarlas cada 3-4 usos. Debido a la humedad, son un ambiente perfecto para la proliferación de bacterias y hongos. Para evitar malos olores y garantizar una limpieza profunda, es ideal secarlas bien después de cada uso y lavarlas con agua caliente cuando sea posible.

Los almohadas y edredones requieren un lavado menos frecuente, pero no deben descuidarse. Lo ideal es lavarlos cada 2-3 meses para eliminar la acumulación de polvo, ácaros y residuos de sudor. Utilizar una lavandería industrial para estos artículos puede ser una gran opción, ya que los equipos profesionales permiten un secado eficiente y sin humedad residual.

Si se trata de ropa de cama infantil, la higiene debe ser aún más rigurosa. Se recomienda lavarla al menos una vez por semana, ya que los niños son más propensos a alergias y sudan más durante la noche. Además, si han estado enfermos, es importante cambiar las sábanas con mayor frecuencia.

RECUERDA:

• Sábanas: Cada 7-10 días para evitar ácaros y bacterias.
• Toallas: Cada 3-4 usos, ya que acumulan humedad y bacterias.
• Almohadas y edredones: Cada 2-3 meses para mantener la frescura.
• Ropa de cama infantil: Al menos una vez por semana.

Lavar regularmente estos textiles no solo mejora la calidad del descanso, sino que también previene alergias y problemas de piel. En nuestra lavandería industrial o de autoservicio, puedes asegurarte de que las prendas como toallas y sabanas reciban un tratamiento adecuado con ciclos de lavado y secado eficientes para asegurar una durabilidad y cuidado óptimo de los tejidos.